El marqués de la Ensenada, entusiasmado por las posibilidades que ofrecía el puerto gallego, apostó fuerte por Ferrol, otorgándole una posición relevante en los planes navales de Galicia. Tras ser descartados otros puertos gallegos, caso de Vigo, Marín o Pontevedra, Ferrol se erigió en uno de los principales valedores del poderío naval español, con las consecuencias demográficas, sociales, económicos e incluso mentales ya conocidas. En el libro se recogen algunas de las manifestaciones más evidentes de esa nueva dimensión de la real villa en el siglo XVIII, como gran centro urbano, militar y fabril. Ferrol miraba más al mar que nunca y sus hijos tripulaban las embarcaciones de la Corona que surcaban los mares. El origen de los marineros, en muchos casos de los puertos españoles y gallegos, e incluso extranjeros, así como sus condiciones de vida, son objeto de estudio y análisis, así como los mecanismos del Estado para mantener aquellas máquinas de guerra que defendían el status de un imperio que se resistía á decadencia frente a las otras potencias europeas.