Con veinticinco años, Inés tiene un bulto de ropa en el salón, ratones en las paredes, unas costillas en el horno y resaca todos los días. También tiene sueños en los que es una niña y pasea entre volcanes y chumberas y su padre la lleva de excursión a una guerra, y otros en los que Javi la abandona o que los dos vuelven a quererse. A veces piensa en perros y en osos y en cerros que son dinosaurios, y a veces se emborracha con Lara y le pregunta qué van a ser de mayores.
A lo largo de esos meses que darán paso a la vida adulta, Inés nos muestra su mundo sin reparos: los veranos felices de la infancia, una relación intensa y dolorosa, recuerdos luminosos y encuentros sórdidos, y, de fondo, la angustia de no saber cómo salir de un bucle en el que alcohol y el sexo parecen ser a veces el único refugio.
Con una mirada valiente y vulnerable, cargada de ternura, humor e ironía, Animalitos nos adentra en los sueños y la memoria, en la fina línea entre pasado y presente, para hablar del arraigo y el desarraigo, el amor y el desamor, el amparo y el desamp