¿Quién ha dicho que los vampiros no existen? ¿Quién se atreve a negar el hecho de que seres oscuros nos acechan entre las sombras para caer sobre nosotros y apoderarse de nuestra sangre? ¿Quién osa afirmar que el hombre del saco no es real? Pues bien, la historia ha demostrado que tales personajes son tan innegables como nuestra propia existencia. An~o 1912, ciudad de Barcelona. Algunos niños desaparecen de forma aleatoria. Nadie parece preocuparse por este hecho dado que se trata de criaturas de la calle, hijos de mendigos y prostitutas que los miembros de la buena sociedad prefieren ignorar. Sin embargo, un hombre emprende una cruzada con objeto de esclarecer la verdad. Desafiando a las leyes de la prudencia y con la ayuda del doctor Ripoll, un galeno entregado a las causas perdidas, y el padre Arnau, un viejo sacerdote cuya fe comienza a resquebrajarse, el inspector Torres se adentrará en los submundos más oscuros y peligrosos de la Barcelona de principios del siglo XX. No obstante, sus pesquisas le conducirán a un camino lleno de podredumbre y corrupción que jamás imagino´ pudiese llegar a existir.
