Cuatro elecciones en cuatro años: la incompetencia de los partidos para llegar a acuerdos con otras fuerzas parlamentarias con el fin de formar Gobierno provoca perplejidad e irritación. Los ciudadanos no lo entienden. Un año desperdiciado se suma a los tres anteriores. Vamos mal. Del bipartidismo se ha pasado al pluripartidismo, pero los partidos no comprenden que las elecciones no son únicamente para elegir representantes sino también para formar Gobiernos: es su obligación y su responsabilidad. Para ello, todo país con multipartidismo necesita pactos entre partidos afines que permitan crear Ejecutivos sólidos y coherentes. Al no entenderlo así, hemos pasado cuatro años de inestabilidad gubernamental, de Gobiernos débiles incapaces de gobernar para hacer frente a los importantes desafíos que España afronta. Es el momento de rectificar. No con apaños a corto plazo, sino con acuerdos cuyo objetivo sea atender a los intereses de todos.