La depresión ha colonizado el mundo. Hoy en día, más de 300 millonesde nosotros hemos sido diagnosticados con ella en algún momento denuestras vidas. Pero hace 150 años la depresión era un estado deánimo, no una enfermedad.¿Significa esto que antes la gente no estabaenferma, sino solamente triste? Por supuesto que no. Las enfermedadesmentales son algo complicado, en parte biológico y en parte social, ysu definición varía en función del tiempo y el espacio. Pero amediados del siglo veinte, mientras los imperios europeos sedesmoronaban, los nuevos tratamientos y modelos médicos occidentalesse extendieron por todo el mundo. A medida que lo hacían, la depresión empezó a desplazar a ideas previas como la «melancolía», el utsushojaponés o el síndrome punyabi del «corazón encogido».En El imperio dela depresión Jonathan Sadowsky narra esta historia global,describiendo los trabajos pioneros de psiquiatras y farmacéuticos y el sufrimiento íntimo de sus pacientes. Al mostrar la continuidad delmalestar humano a través del tiempo y el espacio, expone cómo hanexperimentado la angustia mental intensa las distintas culturas