Sarah Manguso llevó un diario durante veinticinco años, en el queanotaba los eventos más anodinos de su día a día. Con el paso deltiempo y de la vida, el diario se convirtió en un registro exhaustivode los recuerdos que quería atesorar por miedo a que fueran olvidados. Lo mantuvo hasta que se quedó embarazada: aquel acontecimiento, junto con la experiencia de la maternidad, le generaron una amnesiainesperada que le hizo abandonar el impulso de documentarlo yregistrarlo todo. Este es un ensayo singular donde Mangusorevisita las miles de entradas de sus diarios y extrae una profundareflexión sobre el recuerdo, el paso del tiempo y el olvido, lamortalidad, la eternidad y lo que queda de nosotros cuando ya noestamos. Una de esas pequeñas joyas que sí merecen la pena atesorar.