«Un cálido día del verano de 1946, cuando tenía veinte años, empecé aescribir un ensayo sobre la nostalgia sentada en un amarre junto almar en el Molo Audace, en Trieste.»Tomando Trieste como punto de partida y epítome personal de laeuropeidad, Jan Morris se embarca en un viaje por las sagradascomplejidades de Europa, navegando la confusión étnica y geográficaque le son propias, desde el Imperio romano hasta la Unión Europea.Morris, con olfato de periodista, los conocimientos de unahistoriadora y la sensibilidad de una escritora de viajes, teje aquíun retrato afectuoso, sutil y perspicaz del carácter europeo.Apasionada defensora de la cultura y la lengua galesas, sintonizamaravillosamente con el colorido y las peculiaridades de tantas y tandistintas nacionalidades, a pesar del caos que sus habitantes y suconstante reticencia a la unión parecen generar en el continente.