¿Quiénes fueron los antiguos patateros, esenciales para todo un país,y qué ha sido de ellos? ¿Cómo un vecino creció aislado y sin estudiosy acabó fabricando quitanieves? ¿Por qué alguien fundaría en un pueblo mínimo una comuna de vanguardia teatralà en los años ochenta,mientras unas maestras se revolvían para que no clausurasen laescuela?Cuando hoy miramos a quienes conforman los pueblos solemoshablar de nativos, las personas de toda la vida, y de neorrurales,urbanos recién llegados que no saben si lograrán adaptarse, por nohablar de los veraneantes. Sin embargo, las formas de pertenecer a unpueblo, a un valle, a un país de adopción, son muchas y muypersonales. Contemplativas o emprendedoras, individuales oasociativas, siempre están sujetas al escrutinio de otros, porque elpeso específico de cada persona hace difícil el camuflaje inherente auna ciudad.Pese a estar a la vista, muchas rutinas en la vida ruraldistan de ser convencionales. Obviadas, silenciadas, perdidas en lossaltos entre generaciones, cuentan formas valiosas de "hacer pueblo",incluso hitos sobre cuyos cimientos construyen, a vec