"La hija del escultor", el primer libro para adultos de Tove Jansson, nos permite curiosear en la infancia de Tove, que, en medio de lo cotidiano, fue mágica y misteriosa. En estas memorias, una niña inteligente e imaginativa nos introduce en el ambiente bohemio creado por sus padres en Katajanokka, el distrito portuario de Helsinki, y nos explica cosas como la ciencia de la improvisación perfeccionada por su madre, la ilustradora Signe Hammarsten, y una expedición en barca con su padre, el escultor Viktor Jansson, para rescatar unos misteriosos bidones aparecidos en una de las bahías del archipiélago de Pellinge. Descrito como «un libro de cuentos soberbio» por Ali Smith, la prosa evocadora de Jansson entreteje el realismo tranquilo con elementos propios de un cuento de hadas.