«La Hora Santa no tiene ninguna articulación expresa "oficial", no hay nada fijo establecido. Es verdad que, por las palabras del Señor a santa Margarita María de «Han pasado ya ocho años desde que publiqué la Carta encíclica Laudato siÆ, cuando quise compartir con todos ustedes, hermanas y hermanos de nuestro sufrido planeta, mis más sentidas preocupaciones sobre el cuida- do de la casa común. Pero con el paso del tiempo advierto que no tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre [...].
Alacoque, lo más adecuado es meditar su amarga agonía y pasión, su humillación, su infinito amor no correspondido. La Hora Santa se puede llenar con varias devociones. Nosotros presentamos amplios y ricos materiales para que, desde la Palabra de Dios, la reflexión espiritual y textos tomados de la Tradición y de La reflexión y la información que podemos recoger de estos últimos ocho años, nos permite precisar y completar lo que podíamos afirmar tiempo atrás. Por esta razón, y porque la situación se vuelve más imperiosa todavía