Este libro aborda la relación entre padres e hijos a la luz de Un curso de milagros, vínculo en el que todos participamos, porque, aunque no seamos padres, todos somos hijos. Se trata de la relación clave que más marca nuestra vida, por lo que es esencial armonizarla. Se centra en lo que significa ser un progenitor de mentalidad correcta y un hijo de mentalidad correcta. El primero de estos papeles consiste en mantenerse fiel a la cambiante función de ser padre y, al mismo tiempo, respetar la mente del hijo, para que elija sus experiencias de vida y decida si quiere percibirlas a través de los ojos del ego o del Espíritu Santo. El segundo de estos papeles expresa el significado de la lúcida declaración de Freud:
Cuando el individuo, a medida de su crecimiento, liberase de la autoridad de sus padres, incurre en una de las consecuencias más necesarias, aunque también una de las más dolorosas que el curso de su desarrollo le acarrea.
Como describe el autor, sabemos que hemos alcanzado la madurez espiritual cuando ya no pensamos en nuestros padres como autoridades, sino como hermano