«Esta poesía [...] sistemáticamente se nos aparece como escrita cuando ya todo ha pasado, y somos de algún modo meros espectadores denuestra propia vida; espectadores concernidos, a los que aún afecta, y hasta estremece (Dices que no queda nada. / Mentira. Mira bien. /Mira mis manos: / tiemblan), pero lo hace ya desde otro lugar, desdeun definitivo y decisivo fue que, sin embargo, no excluye, que hastaexige, la interpretación, la valoración, el poder todavía seguirhablando del futuro que ha pasado, / hablando del futuro qué hapasado. Un lugar otro desde el que todo lo que cabe contemplar son,esencialmente, ruinas, pero sin olvidar nunca que toda ruina al fin es solo el séquito, / más duradero que él, de un resplandor». JoséCereijo