SuperFede está muy ocupado ayudando a todos y vigilando las callespara que no ocurra nada malo. Pero su supertraje se rompe y tiene quellevarlo a arreglar, así que se toma el día libre. Entonces descubreque le encantan las flores, jugar en el parque con otras niñas yniños, dibujar y bailar. No quiere renunciar a hacer todo lo que legusta solo por no ser lo que hacen los superhéroes. ¿Por qué no pueden los superhéroes ser supervalientes y también supersensibles?Tras el éxito internacional de ¡Vivan las uñas de colores!, uno de sus autores, Luis Amavisca y el ilustrador Gusti, nos vuelven a hablar de la libertad de ?ser niño?.