Una fascinante y emotiva reflexión sobre el duelo y la ausencia «Crear un jardín se parece a la decisión de escribir», dice MenchuGutiérrez. Un jardín de papel más que de tierra, que se comunica conaspectos tan diversos como la poesía, el dolor, el arte, la belleza,la magia, el juego, la duda y la muerte. Esta obra es el resultado del diálogo entre dos libros diferentes: uno que nace de las ruinas deotro; uno que se construye y otro que se descompone. Dos libros queconversan y crecen juntos, a veces hacia la pérdida y la desaparición. La muerte de la madre de la autora irrumpe en la escritura del textooriginal, dedicado a algunos elementos del jardín, y comienza a hablar con sus ruinas, de entre las cuales pronto empieza a surgir una savia diferente. Es este un jardín que se borda, se escribe y se ilustra en la tierra, que se relaciona con los jarrones, los herbarios, lasalfombras y la guerra; con algunas flores sanadoras que brotan de laliteratura y el arte o con un perfume maravilloso y embriagador quetambién puede ser mortal… La vida y la muerte de este enclavesitúan en primer término la realidad