Estos poemas que escribo en presente, elogiando el instante, mantienen delicadamente un carácter incompleto, como en todo haiku, y desembocan a veces en un silencio. Son poemas que, en ocasiones, rozan y acarician varios sentidos a la vez. Abolen la idea de finalidad, como en cualquier otro haiku, y se mantienen alejados de la voluntad de descripción de cualquier acontecimiento. Mantienen la estructura de 5, 7 y 5 sílabas que les es propia, y conservan, además, la mayoríade ellos, una cierta relación entre los dos primeros versos, los cuales se muestran, casi siempre, confrontados al terceroSon haikus en los que, a veces, se evidencia también la presencia del detalle y de lo insignificante. La diferencia con el haiku normativo es que, así como este trata de una subjetividad sin sujeto, que transcribe y transparenta la inmediatez de lo real, aquí el sujeto sí que se muestra presente, ya que está en el origen de la producción de las imágenes y nociones abstractas que dan forma y estructuran los poemas. El sujeto, por tanto, ya no es un espejo: asoma detrás de la imagen poética. Es por eso por lo que los denomi