Antes y más que un político, Alberto Martín-Artajo Álvarez (1905-1979) fue eminentemente un hombre volcado en el compromiso público por elbien común y la justicia social desde sus hondas convicciones éticas y cristianas. Dicha entrega queda patente en las diversas facetas que,desde joven, conformaron su biografía: el Consejo de Estado, elConsejo de Redacción de El Debate, la enseñanza de la Política Social, la Confederación de Estudiantes Católicos y su rama internacional Pax Romana, así como la presidencia de Acción Católica, o de laAsociación Católica de Propagandistas. Igualmente, durante su exitosodesempeño como Ministro de Asuntos Exteriores (1945-1957), en una delas épocas más adversas para la política exterior española,Martín-Artajo hizo evolucionar la atribulada situación políticaespañola de posguerra. Su vida fue el intento de llevar el humanismocristiano y la Doctrina Social de la Iglesia al orden socio-político,lo cual hace de él un democristiano que, además de procurar laevolución política y social de la España del momento, sembró las bases de la Transición Española, efectuada por muchos de sus c