Martín Lutero (1483-1546) dijo: Mis destructores de imágenes me deben permitir tener un crucifijo, o un cuadro de María, (.) . El profesor de Wittemberg no fue un iconoclasta radical. Sin embargo, noreconoció en la pintura ni en la escultura religiosa potencia cultual alguna. Vio en ellas valores rememorativos y sin duda didácticos, aunque, todo sea dicho, completamente subordinados a la predicación de la Palabra y al encuentro con ella. Para el padre de la Reforma, el primado de la Escritura carece de rival. En la sola Scriptura tiene lugar el encuentro inmediato y auténtico del hombre conel único mediador, solus Christus.