Dicen que somos lo que comemos, pero fundamentalmente, somos lo queotros pensaron antes que nosotros y nosotros elegimos hacerlo propio o noà Sin saber qué hicieron quienes nos precedieron, difícilmenteencontraremos nuestro sitio o serviremos de guía a quienes nossucederán. De ahí el siempre renovado interés de revisitar a losmaestrosà Y, para eso, nada como el viaje, el contacto directo con sus obras. Porque las obras nos hablanà basta con saber escuchar, aunquefuera haya mucho ruido. Porque esas visitas serán la guía para cuandonosotros, a su vez, nos enfrentemos a la ardua y apasionante tarea deproyectar y construir el mundo. ôLas piedras nos devuelven el cariñoque les ponesö, decía Coderch. El siglo XX supuso una ruptura con los precedentes, por más que, como arquitectos, siempre estemosrespondiendo a las mismas preguntas. Escribe que algoquedaà Las palabras (y los tweets y los posts) selos lleva el viento y otras noticias de actualidad, en las que lourgente pasa, a menudo, por encima de lo importante. Este libropretende compartir cosas importantes. ¿Por qué un libro está po