El autor aclara qué se entiende por «valoración», con qué otros términos y realidades se relaciona, y sobre qué fundamento se debe levantar todo sistema de valoración que aspire a ser válido. Para ello, Dewey piensa que se ha de atender a los factores naturales y culturales de la conducta, superar la creencia de que el «mundo de los hechos» y el «ámbito de los valores» están separados, y avanzar hacia la conciliación de lo emocional y lo racional.