En un pueblo del sur de Alemania, tres chiquillos disfrutan de la amistad y de los días luminosos intentando dejar atrás su historia familiar. Veinte años más tarde, convertidos ya en estudiantes universitarios, deciden viajar juntos a Roma. Con su habitual lenguaje depurado, Zsuzsa Bánk muestra en esta obra la posibilidad de redención que a veces nos conceden los demás.