La proclamación de la libertad de imprenta, el 10 de noviembre de1810, fue un triunfo de los liberales, pero también estimuló a losabsolutistas a batallar por el control de la opinión pública, mediante el uso de la prensa, empleada, hasta entonces, por los partidarios de las reformas para difundir las nuevas ideas. En ese contexto, laiglesia comprendió que el púlpito y el confesionario ya no eransuficientes para dominar al pueblo, por lo que recurrieron, como había ocurrido en Francia, a la publicación de obras polémicas?caricaturas, folletos satíricos y diccionarios? que discutían losusos y voces de la Revolución y de la Contra-revolución. Surgen así en España un sinfín de publicaciones que buscaban combatir las ideas delos «filósofos», al tiempo que desvelar el modo en que las nuevasprácticas socio-políticas se trasladaban al lenguaje. El objetivo delautor del Diccionario razonado manual era mostrar cómo ese lenguajepretendía enmascarar la naturalización de las ideas revolucionarias,por eso redactó un vocabulario polémico-satírico que permitierareconocer esas voces nuevas que trataban de introducir de cont