Un chef condenado a muerte por su pericia gastronómica, una joven obligada a volver a su hogar tras pasar media vida con los comanches o un soldado de los Tercios que logra desembarcar en Inglaterra tras el fracaso de la Gran Armada. He aquí un inventario de hechos ciertos y de ficciones; acontecimientos que sucedieron, pero no así, y otros que podrían haber sido. La argamasa de estas ucronías no es otra que lo literario, el estricto deseo de narrar historias generando a su vez un orbe propio, ajeno por muy poco a la realidad y al pasado, pero sometido a los imaginarios íntimos. Hay homenajes evidentes y soterrados al cine, al universo que producen las películas, pero también a los hechos históricos que las inspiraron, a las novelas de las que bebieron y a los finales que, pasado el tiempo, nunca disfrutamos. Esta obra es uno de esos infinitos mundos posibles en el que se mezclan mitologías fílmicas, hechos del pasado y relatos imposibles.