Damos por hecho que todo libro ostenta una cubierta. Sin ella seconsidera desnudo, incompleto, o en cierto sentido inaccesible. Faltauna puerta para poder entrar al texto. Falta un rostro. ¿Por quéexiste la cubierta? Lo primero y más obvio: para contener las páginas. Hace siglos, cuando los libros eran objetos raros y preciados, seusaban en ella materiales de lujo: oro, plata, piel, marfil. Elpropósito de la cubierta es ahora más complicado. Hoy sirve paraidentificar el libro, para insertarlo en un estilo o en un género.Para embellecerlo, para hacerlo más eficaz en el escaparate de unalibrería. Para intrigar al paseante y atraerlo al interior de latienda a fin de que lo tome y lo compre. En cuanto el libro tiene sucubierta adquiere una nueva personalidad. Por lo tanto expresa algo,aun antes de ser leído -de la misma manera que la ropa comunica algode nosotros antes de que hablemos. Una cubierta produce ciertaexpectación. Introduce un tono, una actitud, aun cuando estos notengan correspondencia alguna con el libro. La he comparado con unrostro, pero es también una máscara, algo que esconde lo