Esta obra desvela cómo la acumulación desmesurada de poderes en manos del ejecutivo israelí ha permitido la experimentación normativa, extendiendo la excepcionalidad a todos los aspectos de la vida cotidiana. Además, examina las políticas de judaización y los discursos deshumanizadores que han legitimado la violencia extrema y la discriminación de la población palestina, consolidando un régimen de opresión que perdura desde hace más de tres cuartos de siglo. Lejos de limitarse a la descripción de lo evidente, la autora explora las formas más sutiles y normalizadas de excepcionalidad que niegan derechos y perpetúan la desigualdad.
Con una perspectiva innovadora y crítica, el estudio no solo contextualiza la situación actual en Israel y Palestina, sino que también ofrece una valiosa aportación al debate sobre la excepcionalidad moderna, cuestionando las narrativas hegemónicas y abriendo nuevas perspectivas sobre la gobernanza del otro-enemigo. Es un análisis inédito en lengua española que invita a repensar la democracia y los derechos en un contexto global cada vez más precarizado.