De aventura en aventura, de peligro en peligro, Johnny Hazard seenfrenta a las casualidades que le salen al paso, bien en forma deaviones secuestrados, barcos con tesoros hundidos, hampones de rostrorehecho o caprichosas niñas de papá que simulan su propio secuestro. Y todo sin despeinarse, haciendo un recorrido por la Europa que sedespide de los años cincuenta y asoma a los cambios que procurará ladécada prodigiosa.