Esa es la realidad no deseada que tengo ahora delante. Tanto la ciudad como su gente me parecen reales, y también puedo percibir los oloresy los sabores. En esta ciudad llena de secretos, dudo de mi propiaidentidad. El día a día es duro, pero... mientras tú, Kudô, estésjunto a mí, podré soportarlo.