No es muy alentador aceptar que la Iliada es el texto fundacional delimaginario europeo, del sentir mediterráneo, de ?occidente? siconvenimos que se trata de un poema que exalta la guerra, y, por lotanto, que refuerza actitudes supuestamente heroicas que se llamanPríamo o Héctor por parte de Troya, o Aquiles, Menelao, Ulises yAgamenón, por ejemplo, por parte de los que serán considerados por lahistoria vencedores. No es muy alentador, desde luego. Pero si hacemos el ejercicio desprejuiciado de que sean las mujeres las que relaten,se desvela que quien quiera que fuese Homero estaba dándole alas a lapaz y despreciando la violencia, lo que cambia los cimientos y, portanto, el edificio ético construido sobre los mismos. Ese coro demujeres canta otra Iliada que una ley de desvergüenza y miedo siguequeriendo aún hoy amordazar. Y, sin embargo? Ahí empieza este poema?La vida cuando era frágil está narrada desde una mirada aguda,sensible e inteligente, donde la autora se hace a un lado y nopretende brillar. No intenta hacer uso y abuso del recurso. No selimita ni se excede. No elige hacer giros ni artilugios literari