Laámejorátragicomedia política de nuestros tiempos. En un 2011 no deltodo inconcebible, la sociedad ha abrazado la ParidadáMental, unaideología que proclama la igualdad intelectual absoluta y amenaza conredefinir la esencia misma de la inteligencia. Bajo sus nuevospostulados, palabras comoálistoáoátontoáse convierten en tabú, ycombatir la discriminación de las mentes menos favorecidas pasa a serel caballo de batalla de una renovada lucha por los derechos civiles.Las universidades censuran las lecturas obligatorias para evitarcualquier sugerencia de superioridad o inferioridad mental, y hastaclásicos comoáEl idiotaáde Dostoievski se consideran problemáticossolo por lo que parecen insinuar sus títulos.Pearson Converse,profesora universitaria de Literatura, observa con crecienteescepticismo esta tremenda deriva hacia la homogeneidad intelectual yla restricción del lenguaje, y el día que su hijo Darwin es amonestado en el colegio por tachar de «estúpida» la camiseta de un compañero,dice basta. Con una aversión atroz a cualquier tipo de dogma desde que los testigos de Jehová marcaran su infancia, Pearson no estád