¿Por qué el régimen franquista tildó de bandolerismo al movimiento guerrillero? ¿Por qué publicó unas cifras de muertos tres veces menores? ¿Por qué los países aliados no intervinieron en España? ¿Por qué más de la mitad de las víctimas mortales fueron vecinos que no estaban huidos? «Sánchez Tostado es un historiador de peso por la seriedad de su base de investigación». Paul Preston Desde la conclusión de la guerra civil española hasta bien entrados los años cincuenta, muchos represaliados políticos se echaron al monte. Eran los maquis: concejales, sindicalistas, militantes de izquierdas y obreros, denostados por el régimen como simples forajidos, que se negaron a doblegarse a la dictadura franquista a través de la resistencia armada. Tras la Segunda Guerra Mundial, sus espectaculares acciones, escaramuzas, secuestros y arengas, alimentadas por la esperanza de una intervención internacional que nunca llegaría, les otorgaron un halo legendario. Abandonados a su suerte, sufrieron una despiadada represión que produjo, solo en la provincia de Jaén, 208 muertos y 2000 encarcelados