Ella solo quería cerrar una herida.Él? era la bala que seguía dentro.Giada Ferrari lo aprendió demasiado tarde: en el mundo real no existen los héroes, y la justicia no siempre llega desde un juzgado. A veces, llega con una bala.Cuando su mundo se quebró, solo le quedó una opción: adentrarse en elinfierno? y prenderle fuego desde dentro.Luca «El Cuervo» De Santis ha vivido en las sombras toda su vida.Letal, despiadado, leal solo a su propia ley. Para él, el amor es unatrampa mortal. Una condena disfrazada de promesa.Pero Giada no es como las demás. No lo mira con miedo. Lo mira como si supiera lo que se esconde detrás de cada cicatriz. Y eso loenloquece.Entre disparos, traiciones y pecados que nunca prescriben, descubrirán que hay vínculos que no salvan: consume.