A través de la figura de Trinidad Scholtz-Hermensdorff, también conocida como la duquesa de Parcent, se pretende poner en evidencia que, en el periodo comprendido entre la segunda mitad del siglo XIX y los comienzos del siglo XX, hubo mujeres que fueron rompiendo barreras para introducirse en unos espacios hasta entonces vetados para ellas. En esa época, las mujeres de la élite social española aún seguían encorsetadas dentro del estereotipo conocido como "ángel del hogar", que las reducía a seres domésticos, pasivos, de moral cristiana intachable, esposas, madres y virtuosas damas de la beneficencia.
Pero algunas, aun cumpliendo con el modelo impuesto, protagonizaron acciones e iniciativas que las introdujeron en el espacio público, reservado para el género masculino, no sin grandes dificultades y sufriendo las consecuencias de la vigente sociedad patriarcal. En este caso concreto, fueron las actividades vinculadas al mundo del arte y la cultura las que la hicieron sobresalir en el seno del mundo aristocrático en que se desenvolvió su cosmopolita vida. Coleccionista, mecenas, protectora y defensora