Cuando se piensa en Najwan Darwish es natural que venga a la mente elpoeta palestino de quien ya esta misma casa publicara Exhausto en lacruz, con prólogo de Raúl Zurita. Pero lo que llama la atención deeste poemario es la altura de Darwish, su empatía, su dolor puesto ensu pueblo, su gente y, ante todo, su capacidad de situarse en el lugar de los habitantes de países enfrentados a una guerra milenaria parala cual no encuentra más solución que hablar desde sí mismo comoárabe, armenio, latinoamericano, kurdo, arameo... Su humanismo esuniversal y habla por todos.Bajo esta mirada, Najwan atraviesa lalínea de guerra, duerme en Gaza, mira la sangre, el dolor, la mentira, la injusticia y eleva cada uno de estos elementos que sirven deexcusa al mundo para mostrar que la poesía está muy por encima deguerras, territorios, exilios, destierros y silencios obligados. Paraél, la poesía es el mar por el que navega el poeta sin más barca quesu voz, una que Darwish afina a golpe de dolor, contención, ironía,empatía, y lo más bello, hace de este libro una redención antes de que terminemos juzgados y crucificados