La lectura de este espléndido libro deja claro que nunca podrá ser buen médico quien no tenga una fuerte sensibilidad cultural y unos mínimos conocimientos filosóficos, literarios, sociológicos, lingüísticos o psicológicos. Las humanidades y las ciencias sociales son parte esencial de la práctica médica porque una
buena capacidad comunicativa, una adecuada actitud de comprensión del otro y un solido conocimiento de los factores sociales y culturales son imprescindibles para entender realmente lo que un enfermo cuenta en la
consulta. Si se aspira a una auténtica medicina centrada en las personas¯ no se puede establecer una dicotomia tajante entre conocimientos biomedicos, humanísticos y sociológicos, porque en la practica clínica es imposible separar los datos biológicos de las convicciones, dificultades económicas, peculiaridades de car cter,
prejuicios morales, rencores personales, costumbres
ancestrales, deseos insatisfechos? Francesc Borrell muestra de forma practica y concreta la necesidad de un equilibrio adecuado entre saberes biomedicos y humanísticos, gracias a su experiencia personal de médico de familia y su profundo conocimiento de las realidades biológicas, psicológicas, sociales, culturales y personales que determinan cada enfermedad.