Si bien Mistral devino un cuerpo que exhibía las políticassexo-genéricas y raciales del latinoamericanismo, después de su muerte en 1957 su fama y su obra se descuidaron hasta quedar opacadas y, por largo tiempo, olvidadas. Emergió otro cuerpo, que podemos llamardiscursivo, un cuerpo nacional que el epíteto de "La maestra deAmérica" apuntala. Ese cuerpo es el verdadero autor del olvido dedécadas. El país consagró a Mistral, la convirtió en ícono nacional,pero solo bajo condición de ser heterosexual, célibe, santa ysufriente. Ocupó un sitial en el canon literario latinoamericanoúnicamente por ser la Madre-Maestra de la nación. Su obra pasó a serpoco leída y lo que es tal vez peor, pasó a ser leída bajo el signo de la sorna y el desdén porque supuestamente solo le importaban lasmadres y los niños. Así fue que se enmarcó toda la obra dentro de uncuadro sentimental. Como se verá en lo que sigue, el público deMistral era mucho más amplio. Por otra parte, el relato sentimentaldista mucho de ser un género menor e incidental: el sentimentalismofue eje esencial del proyecto nacionalista del Estado. Adem