Mientras ayuda en la recolección de las calabazas, una ranita nacidala primavera pasada se encuentra con dos sapos errantes que hancapturado el fantasma de una flor de Shungiku recién marchitada. Ahora que los días se acortan y se vuelven grises y fríos, al igual que los sapos, el espíritu anhela llegar a los trópicos. La ranita decideentonces acompañarlos en su expedición hacia el sur. Tampoco nosotrostardamos en querer unirnos a la comitiva y, a lo largo de unaestación, peregrinamos con esta inexperta ranita que estrena el mundoque la rodea.En el camino, rodeada de paisajes ignotos, disfruta de emocionantesaventuras, ve por primera vez el mar, emprende el descubrimiento de sí misma y se topa con ratones, gatos, perros, árboles, caquis y otrosseres vivos fascinantes. Evocador y exquisito, este delicado relatoiniciático toma la forma de un viaje contemplativo entreverado de unhumor sutil y de sugerentes reflexiones sobre el aprendizaje de lavida.«Vagabundear no es un ?oficio?, es una forma de vida»