En el siglo XV, Éloi Leroux, un pintor que ha abandonado los pincelesy vive atormentado por el recuerdo de la mujer que amaba, encuentrarefugio entre los muros grises de la abadía del monte Saint-Michel,frente a la costa de Francia. Éloi se dedica a deambular por el huerto y los pasillos de la abadía hasta que un monje le asigna la tarea decopiar manuscritos, sin que parezca importar que sea analfabeto. Sutrabajo lo cura lentamente y continúa la tradición de una bibliotecaque, floreciente siglos antes, hizo que el monte Saint-Michel fueraconocido como la Ciudad de los Libros. Es en esa isla, entre el cieloy el mar, donde Éloi y una novelista que sigue buscando la tierra delos libros se encuentran quinientos años después. El nuevo relato deDominique Fortier, un rico retrato de la belleza de las palabras,tiene la solidez de la roca. Tanto una novela como un diario deescritura, A merced del mar es un tributo fabuloso a los libros y aquienes los crean.