¿Tienen sentido nuestras vidas? ¿Es la muerte algo malo? ¿Sería mejorla inmortalidad? Pensándolo bien ¿no sería preferible acelerar nuestra muerte con el suicidio? Muchas personas se hacen estas preguntastrascendentales, acuciantes en algunos casos. Es sorprendente que losfilósofos analíticos no hayan prestado más atención a estas cuestiones decisivas sobre el significado de la vida y, cuando las han abordado, con frecuencia han tendido a ofrecer respuestas optimistas yreconfortantes, a lamanera de muchos autores populares. El dilema humano presenta allector unavisión lúcida y desprejuiciada de la condición humana.