Herbario, cuaderno de campo y poemario de un operario de jardines. Lafuerza de la empatía y la observación sensible en un duro contexto.Unoperario de jardines avanza cuaderno en mano. Su desbrozadora calla,por fin, abandonada bajo un árbol. Entre sus manos: un cuaderno, algún bolígrafo, quizás un lapicero. Su actividad previa, guiada por esehumano intento de someter espacios y moldearlos a disciplinados deseos de la sociedad, poco a poco se aplaca. Despierta la observación. Laempatía. La capacidad de sentir con. Lo mejor de ese humano regresacuando comienza a secar el sudor de su frente y nuestro particularjardinero abre su sensibilidad al mundo. En ese remanso, breve,furtivo, Gsús Bonilla dibuja y escribe un cuaderno de campo, unpoemario, un canto a todas esas plantas que habitan a nuestro lado,que conviven con nuestra increíble arrogancia, un canto a plantas yárboles que componen la base de nuestro mundo, el eje de mildependencias cuyo reconocimiento limpia nuestras mentes e introducealgo de optimismo en este complicado mundo.