El reinado de Carlos III estuvo completamente condicionado por laherencia recibida de su padre Felipe V, además de por la humillación a que el propio Carlos se vio sometido frente a la escuadra inglesacuando era rey de Nápoles. Esa animadversión hacia Inglaterra marcaría su vida, sucediéndose los enfrentamientos contra esta potenciadurante buena parte de su reinado. Los fracasos militares fueron latónica dominante durante la Guerra de los Siete Años (1756-1763),destacando la pérdida de La Habana y Manila; sin embargo, losejércitos españoles consiguieron importantes triunfos frente a losportugueses en América del Sur. Aunque ambas plazas fueron devueltasen última instancia a su legítimo propietario, debió pagarse un altoprecio por ello. El Norte de África constituiría durante el reinado de Carlos III otro de los escenarios calientes. A la exitosa defensa deMelilla en 1774-1775 frente al Sultán de Marruecos, le siguió elestrepitoso fracaso contra Argel ese último año. No obstante, ladiplomacia se encargaría de solucionar aquello que no habían logradolas armas. Mejor suerte tendría España