Hay ideas a la intemperie, apuntes volanderos que desean perderse enlos cajones, polémicas de una línea, reseñas de dos párrafos, novelasde tres páginas, pensamientos encontrados en libretas, anotacionessueltas en agendas, ensayos tan breves que no pueden publicarseexentos, versos sin poema y poemas huérfanos de poemario, intuicioneshuidizas, notas de lectura agazapadas en las páginas de respeto alfinal de los libros, aforismos desubicados, epifanías, pedazos,apotegmas, fragmentosà que se acumulan a lo largo de los años y que de pronto cobran conciencia y se presentan ante su autor como lo queson: un libro distinto, un libro de libros, un archipiélago depensamiento lateral acumulado durante décadas. Una idea solo es menorsi no ha encontrado su escritura idónea. Bajo estas premisas, VicenteLuis Mora teje una escritura que puede verse como un bosque de signospor el que pasear sin prisa, a ratos o a sorbos, poniendo la atenciónunas veces en las hojas, otras en las ramas y troncos, otras en laidea misma de bosque. Un entreverado, una red sonora, una irradiación.