España como madrastra es un libro reflexivo pero actual, incisivo pero sosegado, polémico pero argumentado. ¿Qué tienen en común unasturiano y un andaluz? ¿Un catalán y un extremeño? ¿Un murciano y ungallego? Parece que el hilo conductor de la historia no ensamblaclaramente las piezas de España. Los recelos crecen y los estereotipos acentúan la caracterización de la diferencia con modelos deaplicación general: chulapo madrileño, recio vasco, desconfiadogallego, testarudo aragonés... En los albores del siglo XXI la madrepatria España, lejos de ser crisol de culturas, se ha tornadomadrastra que ya no nutre sino engulle. Desde las comunidadesautónomas muchos discursos optan por enumerar un listado de agravios y renegar de las raíces comunes contribuyendo a reinventar una historia inédita. Por su parte, el exogrupo insiste, desde más allá de losPirineos y con la coartada en no pocos de dentro, en redoblar lasimágenes costumbristas y tradicionales que nos separan de laavanzadilla que lidera un futuro más competitivo. Mientras, elMinisterio intenta dar con la tecla de una marca internacional quesalve lo fundamenta