La transición ecológica está en marcha y avanza por todo el planeta. Desesperadamente lenta, contradictoria, mucho menos ambiciosa de lo necesario, pero ahí está. Su desarrollo genera a la par críticas por su lentitud y reacciones contrarias por los contundentes cambios que trae consigo. Como toda transición, su discurrir transita entre curvas, avances y retrocesos; y como toda transición también, deja a su paso víctimas.
Uno de los elementos más sorprendentes de esta Gran Transición es que su naturaleza política suele quedar opacada por los factores económicos y tecnológicos.
Estamos ante el principal debate político del momento: Si la transición se hace con criterios de justicia social, puede ayudar a fortalecer las heridas democracias.
En caso contrario, puede tensionar las sociedades democráticas y agravar aún más su crisis.
Estas páginas pretenden contribuir a entender la transición ecológica como lo que es, la Gran Oportunidad para construir un modelo en que la vida siga siendo posible en el planeta y al mismo tiempo fortalecer