«Una aguda reflexión sobre las destructivas tendencias planetarias de nuestro tiempo»
ùJohn Bellamy Foster
En junio de 2017, tres incendios sacudieron el mundo de manera casi simultánea. En Pedrógão Grande, Portugal, 66 personas fallecían bajo las llamas en un campo asfixiado por el calentamiento global y los eucaliptales. En la Galería Nicolini de Lima, Perú, dos trabajadores morían encerrados en condiciones de semiesclavitud, en contenedores apilados en el tejado del centro comercial. En la Torre Grenfell, en Londres, un incendio mataba a 72 personas de madrugada, mientras algunas cenaban y otras dormían. Sin embargo, este no es un libro sobre incendios, al menos no en un sentido literal. Es un libro sobre la condición inflamable del capitalismo, un sistema cuya lógica -como la del fuego- se extiende de forma implacable, consumiendo todo a su paso y dejando tras de sí cenizas, ruina y desposesión. Cada uno de estos incendios aquí narrados sirve para reconstruir las condiciones históricas por las que la naturaleza ha sido mercantilizada, el trabajo ex