La bochornosa madrugada del 10 de julio de 1941 el pueblo polaco deJedwabne se despierta con el inquietante sonido de carruajes, gritosde jinetes y vecinos armados con palos. Era el día acordado parahumillar y asesinar a los vecinos judíos. Un mundo lleno de luces ymuchas sombras, con gente solidaria que se juega la vida por los demás y gente que asesina para quedarse con la mejor casa del pueblo. Consupervivientes judíos que mercadean con bienes de judíos asesinados ymujeres católicas que homenajean en solitario a los vecinos asesinados entre amenazas de muerte que todavía continúan.