King tiene doce años y se pasa las tardes en el bayou, donde busca a su hermano muerto convertido en libélula. A veces Khalid aún viene a verlo en sueños, pero King no puede contárselo a nadie: su familia está sumida en la tristeza y ya no se habla con su mejor amigo, Sandy. Cuando encuentra a Sandy escondido en su jardín, King deberá decidir a quién es fiel. En una Luisiana atravesada por viejas heridas raciales, ambos emprenderán la reconstrucción de su propio paraíso perdido, aunque eso implique enfrentarse al miedo, al duelo y a la verdad.