Francisco Baena, agente profesional de la escena del arte contemporáneo, se ha servido de algunos de sus procedimientos característicos (los juegos metanarrativos, el trabajo con los archivos, la apropiación, el fake, el principio collage) para montar un artefacto discursivo. A través de una serie de voces y personajes, y con distintos registros, se articula una novela corta, pero intensa.