En septiembre de 1936 el jesuita Fernando de Huidobro abandonaba susestudios en Alemania para regresar a una España ensangrentada por unacruenta Guerra Civil. Quería ayudar espiritualmente a sus compatriotas donde fuera más necesario. Y acabó como capellán de la Legión,atendiendo a los heridos de uno y otro bando. Unos meses después, eljoven jesuita moría en el frente de Madrid, mientras atendía a unsoldado caído. Ocho décadas más tarde, una polémica tesis doctoralcentrada en la figura deHuidobro sirve de hilo conductor paraaterrizar en las dificultades que atraviesan Milagros y Jordi.