Por fin, sus esfuerzos tenían recompensa: Mago Rosa había conseguido hacer una bolsa de cuero que se lo tragaba todo. Bastaba con decir: ¡OLETEMOC! (una palabra que, si se dice al revés, deja de ser mágica)
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceiros, para mellorar a súa experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta o seu uso.Máis información