"Naranja" de Ninko Kírilov es "la imposibilidad de conocer a alguien y el deseo de conocerlo". Un libro que quizá. No lo sea. Pero lo es. Un experimento desenfrenado con la gramática y la sintaxis de la existencia que se desintegran en un flujo delirante de consciencia. El lenguaje es una herida por la que entramos. Y mientras el pensamiento hace regates, avanzando con el balón de conjunciones que conectan con lo no dicho, este juego de significados con efecto dominó, este disparatado inventario de sentimientos, esta oscilación cuántica entre el estado "ven" y la acción "o", entre el primer "yo" y el último "nosotros", se revela como lo que en realidad es: un poema de amor universal. Es algo diferente. Sí, lo es. Porque sí.
Antonia Apóstolova