Este libro plantea abiertamente una reivindicación de la poesíacantada, de las palabras libres, sin grilletes, que se deslizan por el hilo del tiempo y cobran alma en la voz, las miradas y los gestos delos intérpretes, flotando en los ritmos de los pasodobles, laszambras, las bulerías, las habaneras..., y hasta en los sones del jazz o los carnavalitos. Sin duda, este es el ensayo donde se aborda elfenómeno de la copla desde una mayor variedad de enfoques, pues, suautor, libre de prejuicios, conecta las canciones con la realidad desu época (sobre todo en lo concerniente a la situación de las mujeres) y su educación sentimental; pero también las considera productosliterarios y, en consecuencia, abre una reflexión sobre sus raíces yestilo, así como sobre sus relaciones, en pie de igualdad, con otrosautores y movimientos poéticos como la lírica tradicional, elflamenco, el Romancero Nuevo, la Generación del 27, Sabina, Serrat,Krahe, Rosalía... Por otra parte, la cantidad de canciones citadas yla prosa amena y llena de sugerencias empleada por el autor hacen queel libro sea, en palabras de Luis Alberto de Cuenca,